Este fenómeno es mucho más antigüo de lo que podamos imaginar, no puede negarse que fue popularizado en los sesenta y setenta por los libros de Lobsang Rampa. Todos nos maravillamos leyendo como "Martes", el novicio tibetano, dejaba su cuerpo acostado en el techo del lamasterio y hacía viajar su doble etérico hasta otros planetas, manteniéndose unido al cuerpo mediante el "cordón de plata".
Pero vayamos a una definición: el viaje astral es una experiencia extracorporea durante la cual nuestro "cuerpo astral" abandona nuestro cuerpo físico permitiéndonos desplazarnos lejos del mismo sin ningún tipo de barrera física o temporal. La característica del "viaje astral" es que éste fenómeno es inducido conscientemente por quien lo realiza, existiendo también, experiencias extracorpóreas espontáneas. Desde luego que para la comprensión de este tipo de experiencia debemos dar por válida la multiplicidad de "cuerpos" que nos componen. Simplificando diremos -sin entrar en una definición más profunda que excedería la intención de esta introducción- que a grandes razgos tenemos un cuerpo físico, el más denso. Un cuerpo astral o envoltorio energético y un alma totalmente intangible. Así, nuestra alma contenida por el cuerpo astral, puede alejarse del cuerpo más denso permaneciendo unida a éste mediante una especie de cordón umbilical energético que, de cortarse, nos ocasionaría la muerte.
Como dijimos, a veces, el cuerpo astral se aleja del físico de modo espontáneo, ocasionando gran temor en personas no preparadas que suelen verse "desde arriba" mientras duermen o en una mesa de operaciones cuando han sufrido un trauma físico profundo como una operación o la pérdida del conocimiento. Manejar a consciencia estas "exteriorizaciones" son la clave de lo que denominamos viajes astrales.
En el año 1955 Wilder Pendfield, un canadiense especialista en el cerebro, reprodujo este fenómeno implantando un electrodo en el lóbulo temporal de un epiléptico. Desde siempre, las distintas culturas humanas han experimentado los viajes astrales. En oriente, mediante técnicas de mediatción y mantras y en las culturas primitivas, tanto del Africa como de América, con bailes y sonar de tambores produciendo trances hipnóticos que inducen una "exteriorización". Muchos "chamanes" o médicos brujos lograban el mismo efecto con la utilización de distintos tipos de plantas
Pero vayamos a una definición: el viaje astral es una experiencia extracorporea durante la cual nuestro "cuerpo astral" abandona nuestro cuerpo físico permitiéndonos desplazarnos lejos del mismo sin ningún tipo de barrera física o temporal. La característica del "viaje astral" es que éste fenómeno es inducido conscientemente por quien lo realiza, existiendo también, experiencias extracorpóreas espontáneas. Desde luego que para la comprensión de este tipo de experiencia debemos dar por válida la multiplicidad de "cuerpos" que nos componen. Simplificando diremos -sin entrar en una definición más profunda que excedería la intención de esta introducción- que a grandes razgos tenemos un cuerpo físico, el más denso. Un cuerpo astral o envoltorio energético y un alma totalmente intangible. Así, nuestra alma contenida por el cuerpo astral, puede alejarse del cuerpo más denso permaneciendo unida a éste mediante una especie de cordón umbilical energético que, de cortarse, nos ocasionaría la muerte.
Como dijimos, a veces, el cuerpo astral se aleja del físico de modo espontáneo, ocasionando gran temor en personas no preparadas que suelen verse "desde arriba" mientras duermen o en una mesa de operaciones cuando han sufrido un trauma físico profundo como una operación o la pérdida del conocimiento. Manejar a consciencia estas "exteriorizaciones" son la clave de lo que denominamos viajes astrales.
En el año 1955 Wilder Pendfield, un canadiense especialista en el cerebro, reprodujo este fenómeno implantando un electrodo en el lóbulo temporal de un epiléptico. Desde siempre, las distintas culturas humanas han experimentado los viajes astrales. En oriente, mediante técnicas de mediatción y mantras y en las culturas primitivas, tanto del Africa como de América, con bailes y sonar de tambores produciendo trances hipnóticos que inducen una "exteriorización". Muchos "chamanes" o médicos brujos lograban el mismo efecto con la utilización de distintos tipos de plantas
